miércoles, abril 17, 2013

UNA CARACOLA TAN HERMOSA COMO AQUELLA


UNA CARACOLA TAN HERMOSA COMO AQUELLA
Por Torke

             Hubo una vez un caracol que vivía siendo mascota de un niño. Aquel pequeño caracol nació con una deformación. Su caracola era preciosa, moteada con pintas parduzcas que recreaban una espiral perfecta, y cuando el Sol brillaba en ella reflejaba una suerte de colores verdosos que sorprendían a todo aquel que los viera. Pero, a su vez, era demasiado grande para el tamaño de su cuerpo. Así que, cuando avanzaba, lo hacía extremadamente lento, incluso para un caracol, y arrastrar todo ese peso a sus espaldas suponía para él un suplicio enorme.

            Sin embargo, ese detalle era algo que el niño, que tenía muy poca idea sobre caracoles, no sabía.

            Todos los días, antes de irse al colegio, el niño sacaba al caracol de la caja de cartón en la que dormía, y lo dejaba en el suelo orientado hacia la puerta. A través de las baldosas, milímetro a milímetro, recorría pesadamente su camino hacia un destino incierto que ni tan siquiera podía vislumbrar, debido a la lejanía de la puerta de salida. El animal se movía por instinto, con la esperanza de alcanzar en algún momento su meta.

            Pero, de camino, el caracol tenía que trepar por encima de varios objetos que el niño dejaba caídos por su habitación. Aunque el chico no lo hacía con mala intención, aquellos obstáculos resultaban terriblemente dolorosos para el caracol.

        Primero debía trepar por un cepillo de duras púas, entre las cuales su cuerpo gelatinoso resultaba siempre duramente herido.

         Acto seguido, sorteaba un enorme muro hecho con piezas de construcción. Treparlo le suponía un buen montón de tiempo, tan sólo para encontrase al otro lado con que apenas había recorrido unos centímetros a lo largo.

         Había también un puente impovisado entre dos pilas de libros, con dos vasos boca abajo en la cima, unidos por una frágil pajita de refrescos. Al pasar por encima, el caracol sufría un inmenso terror a caerse, y mientras lo recorría su caracola oscilaba hacia un lado y otro amenazando con arrastrarle al que para él era un enorme abismo bajo su cuerpo.

         Casi hacia el final del día, se encontraba con una maceta alargada en la que apenas conseguía avanzar, pues su tierra batida se desmenuzaba con el movimiento, y para cuando alcanzaba el otro extremo estaba sucio y agotado.

         El caracol imaginaba que después de aquel obstáculo ya no quedaría mucho camino hacia donde fuera que tuviese que llegar. Pero justo a esas horas el niño volvía a casa, buscaba con la mirada por todo su cuarto y agarraba al caracol por su enorme concha. Observando el camino recorrido, lo devolvía a la caja con una pequeña hoja de lechuga como premio.

            El caracol en esos momentos, agotado como estaba, agradecía aquella hoja de comida por pequeña que fuese o seca que estuviera. Se conformaba con aquello, porque sabía que la tortura sufrida había llegado de momento a su fin. Sin embargo, no podía evitar pensar que, en lugar de hacerle avanzar por aquel horrible recorrido, el niño podría simplemente darle aquel trozo de lechuga en cuanto quisiese. No entendía por qué debía mutilarse antes de comer. Y aunque directamente el niño no le deseara mal alguno, el fin último es que cada día había de pasar un suplicio antes de comer. Y el chico era, indirectamente, causante de ello.

            Así que día tras día el caracol pasaba por encima del peine, desgarrando su piel, trepaba por el muro de piezas de construcción, agotándose en el proceso, se balanceaba por el puente, aterrorizado, y acababa sucio y sin aliento entre la tierra de la maceta. Y durante todo el proceso, aunque sabía que la mano del niño le haría retroceder hasta el principio y tendría que repetirlo todo de nuevo al día siguiente, deseaba con todas sus fuerzas el momento en que aquel apareciera. 

            Quería creer que llegaría un día en que el niño simplemente le daría toda la lechuga que quisiese, le cuidaría y le mimaría. Como al principio, antes de que construyese aquel circuito.

            Y por ello no podía evitar desear su contacto.

            En el transcurso de los meses, el caracol fue cada vez avanzando menos en el recorrido. Una de las veces el niño le encontró atorado y sin aliento en lo alto del muro de construcciones. Otro, sin haber podido encontrar valor para atravesar el puente. Hubo uno incluso en el que el niño le encontró expandido sobre las púas del cepillo, presa del dolor. Y el caracol tenía cada vez menos y menos fuerzas para continuar su viaje al día siguiente, y más y más heridas y magulladuras por todo su cuerpo.

            Un día, el niño entró en su habitación después de clase y rebuscó con la mirada como tantas otras veces había hecho.

            Sin embargo ese día no pudo dar con su caracol.

            Asustado, miró por todos lados. Rebuscó por encima y por debajo de los obstáculos. Recorrió una y diez veces el camino tratando de imaginar dónde estaba. Abrió incluso sus cajas de zapatos y el armario de los juguetes.

        Pero el caracol nunca más volvió a aparecer.

            Cuando fue posado ese día en el suelo, poco después de que el niño saliera, el pequeño animal hizo por vez primera algo que nunca antes se le había ocurrido. Miró hacia adelante como todas las veces anteriores, a través del camino de los obstáculos.

            Pero  también miró a su espalda.

            Todo lo que había entre el caracol y aquella ventana abierta era una altísima pared, que resultó ser mucho mayor que el muro de las construcciones. Su textura era granulada, y le hacía tanto daño como las púas del peine. Y además estaba tan alta la ventana que sentía terror sólo de imaginarse trepándola. Lo único que podía alentarle es que nada había allí que pudiese hacerle sentir sucio al final del camino.

            Así que el pequeño caracol tomó aquel nuevo reto, con el recuerdo del dolor de los últimos meses y, arrastrado con esfuerzo su caracola, trepó duramente hacia la ventana. Cabe destacar que no le fue nada sencillo. Un par de veces cayó desde lo alto cuando ya casi lo había conseguido, teniendo que volver a empezar. Y la piel le dolía horrores cada vez que expandía y contraía su cuerpecito. Pero cuando al fin se encontró arriba, y sintió el aire fresco azotando sus cuernos, supo que aquello era lo que llevaba tanto tiempo queriendo hacer.

            Sentía por supuesto un miedo inmenso a lo desconocido. Se planteó la posibilidad de que quizás nunca encontrase a nadie que le ofreciese hojas de lechuga como aquellas, y que muy posiblemente sería él mismo quien tuviera que conseguírselas. Pensó incluso en dar media vuelta y volver. Pero fue valiente, y avanzó fuera de la casa hacia lo que el futuro le deparase.

            Nadie sabe qué fue del pequeño caracol. Del niño, sin embargo, unos dicen que lloró amargamente su pérdida cuando cayó en la cuenta de que ya no estaba, y nunca más estaría. Otros, que que con el tiempo simplemente compró otro caracol para suplantar la pérdida.

            Pero desde luego, en lo que todos coinciden, es en que el chico nunca pudo encontrar otro animal que tuviera una caracola tan hermosa como aquella.



lunes, abril 15, 2013

Review de Oblivion

CRITICA A OBLIVION





Oblivion es la nueva "joyita" de la ciencia ficción que al parecer lo está petando en cines de todo el mundo. Nos la presentan como la quintaesencia de la Sci-Fi, aunque en realidad es una gilipollez como un piano de cola. 

Lo cierto es que la primera hora aproximada de la película, te deja pegado a la butaca. Se te exponen multitud de puntos, algunos realmente interesantes, otros incluso originales, y los efectos especiales y la fotografía es de quitar el hipo. Ahora bien, te llenan la cabeza con tantísimos datos que luego cuando en la segunda parte te los revelan, te das cuenta de que en realidad es todo una inmensa tomadura de pelo para el espectador, porque nada tiene puñetero sentido. Se pierde en tópicos y chorradas mientras intenta hacer un mix de todas las películas de ciencia ficción habidas y por haber, y termina con el final más gilipollas de los últimos años. Llegó un momento en que no podía dejar de reírme en el cine.

Merece la pena verla sólo por las risas que te echas con los colegas intentando explicar luego todo. De hecho, hemos acunado el término "Hacerte un Oblivion" para denominar cuando te pasa algo absurdo que carece de puñetero sentido.








*** A PARTIR DE AQUÍ NO ES YA QUE HAYA SPOILERS, SINO QUE TE LA CUENTO ENTERA. ALLÁ TÚ ***


La historia es tal que esta: "Oye mira, que somos unos superaliens que vamos por el universo cogiendo recursos, así que nos cargamos vuestra Luna y chupamos vuestro agua con máquinas gigantescas. Dado que todo está hecho mierda, la única tecnología capaz de destruir esas máquinas chupaguas... son los drones, robots que supuestamente los protegen. Los protegen de qué? De cuatro humanos con metralletas ridículas? Sí.

Los humanos se encargan de destrozar drones para robarles el núcleo atómico. Y los aliens se curran toda una infraestructura de pantomima para hacer creer a dos mindundis clones que sirven a la humanidad y así poder... reparar esos drones. Vamos que los alienígenas de por sí no son capaces, primero de repararse, segundo de mandar más drones (que siempre están racaneando con mandar más) y tercero tienen que comerles el tarro a dos clones para hacer ese trabajo tan ridículo. Porque si no hubiera drones, no habría puñetero problema dado que nadie sería capaz de joder las maquinas que chupan agua.




Bien, pues resulta que hay unos scavengers que al principio van corriendo a cuatro patas como bichos, pero resultan ser humanos. Y estos llevan unos cascos para que los drones no los detecten. Porque dicen ellos que no los detectan, porque cuando el Tom baja por la cuerda a la biblioteca esa, entra el dron y arrasa con todos.

Total que un día el Cruise encuentra una baliza con unas coordenadas donde cae... una parte de una nave de hace 60 años. A quién mandan esas coordenadas, quién lanza la baliza, para qué y cómo son absolutamente inexplicables. Qué hacía dando vueltas por el espacio también. Por qué no la han destruido es también misterio. Simplemente cae. Y los drones se dedican a matar a los humanos criogenizados que estaban dentro de esa baliza. Hasta que el prota se pone delante del de una chica con la cual tiene recuerdos, y la salva en su nave.



Que a todo esto, si el Tom Cruise es un clon, me pregunto de dónde saca un clon los recuerdos. Y realmente tampoco son clones, porque más tarde se ve miles de clones en edad adulta. Es decir que simplemente son fotocopias con conciencia a los que se le borra la memoria cada cinco años... para qué? Supuestamente, según ellos dicen, cada cinco año se les borra la memoria para que el enemigo no sepa sus planes. Pero resulta que sus planes son de dominio público, y ellos los saben porque te los dicen (llevarse el agua a una supuesta Luna, haciendo un traspaso medio a una plataforma estelar). Qué es lo que no tiene que saber entonces el enemigo? En fin...

Bueno pues se trae la piba a casa, la mujer se china, y el Tom se la lleva a recuperar su caja negra, así porque sí. En el viaje le dan un coscorrón los scavengers, y cuando despiertan se ve a Morgan Freeman fumándose el último puro sobre la tierra, ahí todo chuleta, con una luz dramática (luz que saldrá de vete a saber qué generador utilizando a saber qué combustible). Y le dice el Morgan Freeman "Oye mira, que los scavengers somos humanos, te necesitamos para mandar un dron con una bomba atómica allí arriba". Y en otro efecto dramaqueen Freeman enciende las luces y hay tropecientos humanos harapientos mirando como el Freeman se fuma un puro.



Claro, el prota le dice a Freeman que se vaya a zurrir mierdas con un látigo, y Jaime Lanister apunta a la cabeza a la chica que va con él. Le pregunta "Oye vas a hacerlo ahora?" y en ese momento hay unas escenas de acción muy innecesarias, que terminan con Freeman diciéndole "Bueno, pues como no quieres ni amenazando de muerte a esta piba... toma una moto, toma la piba, y si te pasas por los confines, donde pone que hay radiación, verás si flipas". Y le dejan una moto que se queda, al loro, sin gasolina. Hasta ahora no sabemos de dónde cojones viene la  electricidad ni para los humanos, ni para los clones en sus casas, ni mucho menos se nos ha hablado de cómo unos aliens construyen motos que van por gasolina... en un mundo donde ya no hay gasolina, ni recursos, ni nada.

Total que llegan al Empire State, y le dice la tía "No mira, que es que yo soy tu mujer. Y aquí tengo yo el anillo de diamantes al cuello, que aunque antes me habéis desvestido y tal, nadie se ha pispado". Y dice el Cruise "Coño, pues guay, porque la que tengo en casa es tirando a fea y tú estás así más jamona". Pero claro, la mujer les ve desde la cámara de la nave y se cabrea, y cuando vuelven no le deja entrar en casa. Y como no le deja entrar en casa, le dice a la jefa de operaciones, que en realidad es una IA creada por los Aliens, "Ya no somos un equipo chupi guay, que se ha encontrado a una fulana criogenizada y está to loco". Y los aliens dicen "Ah sí, pues te matamos... a ti, por chivata". Y meten un dron en casa y se la cargan A ELLA, y a Tom Cruise, que está claro que la va a liar, le dicen "Oye, que mira que ha fallado el Dron, que a saber cómo, pero no te preocupes tú tráenosla a la nave y verás que risas nos echamos todos". 



Que entonces dices tú traértela PARA QUÉ, si es una triste humana más. Y el prota dice "Pasando" y se pira con la otra. Entonces hay una escena de persecución de drones a la nave donde ciento cincuenta mil disparos a un dron no le afectan, pero un único disparo con una pistolita se carga a uno de ello. Y se meten en la zona de contaminación, y justo, justo en ese momento se encuentra con otra nave como la suya que llega. Que también es casualidad, habiendo todo un puñetero planeta de por medio, pero vale. Y se encuentra a sí mismo. Se ponen a pelear, se pega un tiro al aire, siguen peleando, y al rato coge la tía, se lleva la mano a la cabeza, se la mira y dice "Aivá, si me han pegao un tiro hace diez minutos, ni me había enterado" y se desmaya. El Cruise ata a su clon con un pañuelo, se lleva a la tía a unas rocas, se mete en la nave del Cruise clon, se va a la casa del clon... y ve a la que hasta hacía dos minutos había sido toda su vida, su mujer por cinco años, en quien confiaba y a quien quería, que lo único malo que ha hecho ha sido tener celos (y con razón) y a quien acaban de matar. Y le intenta dar un beso y la mira con asco. Por qué con asco? Pues yo que sé, porque sí. Total que coge una máquina de sacar balas (sí, tal cual), se vuelve a donde la tía, le saca la vale y se ve que lo hace bien, porque en dos minutos está dando brincos. Y le dice "Oye guapa, que mira que el Morgan Freeman, que te amenazó de muerte, que no nos explicó nada, pues vamos a ayudarle y tal".

Vuelven a donde Morgan Freeman y les dice "Claro, es que no podía explicároslo porque ibais a creer que estaba loco". Y bueno, no se puede decir que sea Freeman demasiado diplomático, porque si en lugar de amenazarle de muerte haciendo el espectáculo del purito y queriendo cargarse a la chica, le dice "Mira, esto es lo que pasa, si no me crees vete a la zona de peligro y ya verás", pues habría sido distinto. Pero no. Y como ya le cree, le cuenta toda la historia.



Resulta que los humanos mandan un cohete pilotado, con un montón de peña criogenizada sin ningún motivo, porque si el viaje de ida lo hacen a unos pocos kilómetros de la Tierra a una nave, ni siquiera llegando a la Luna, pues ya me dirás para que criogenizan. Total que cuando van a llegar como sólo Tom y la fea están despiertos, y al ver que van a colisionar inminentemente, tiran a los criogenizados entre los cuales está la buenorra, y la nave se traga a los dos tontainas. Entonces según parece hacen clones de los dos, para mandarlos a la Tierra... a cuidar de los drones... comiéndoles el tarro. No les adoctrinan ni les mandan a alguna misión que sólo pueda hacer un humano, no, les mandan a cuidar de unas putas pelotas que disparan, que por pocas que se haya traído de casa (lo cual ya de por sí es ridículo) digo yo que podrán arreglarlas los que las han construido... pero no, están diseñadas, vaya usted a saber por qué, para ser arregladas por manos humanas.

Y claro, se quieren cargar la nave nodriza metiendo dentro una bomba hecha con núcleos de drones, mandando uno de los drones. Pero mientras están ahí que sí que no llegan tres drones y se ponen a acribillar a todo quisqui. Y a cada uno que le disparan, se deshace en cenizas. Pues Morgan Freeman se pone a pilotar una torreta Gatlin, y la próxima vez que le ven está en el suelo tocándose como si le hubiesen disparado. Es decir, que es indesintegrable. Y como se han cargado al Dron de Troya, a Tom se le ocurre una ideaza "dado que me han dicho antes los Aliens que les lleve a la chica, y pese a que lleve ya treinta minutos matando drones, no se van a pispar de que voy de malas si meto a la chica en la cabina de criogenización, con la bomba dentro, y petamos desde dentro".



Así que dicho y hecho, llega hasta la nave con la suya, a la cual se le abren las ventanillas así como si tal cosa pero se ve que es a prueba de atmósferas, y al pasar vemos que dentro de la nave nodriza hay miles de millones de PUÑETERA NADA, está vacía de narices, y sólo tiene dos drones para defenderla. Coge el Alien y le pregunta "Eh... eh Tom. Tú, se te ve así como que vas un poco acojonao, como tirándote pedos. No será que tramas algo?" y le dice Tom "No que va, que es que esto es chachi piruleta y voy to loco". Pero el Alien, que no es tonto, le comenta "He leído tus pulsaciones del corazón y me estás mintiendo" y dice Tom "Ya no mira, que quiero salvarla, y salvar mi mundo". Y esta frase que no significa absolutamente nada ni tiene coherencia, hace que el Alien le deje entrar hasta el mismo centro donde está él, una estructura copiada de Hal en 2001. Que está rodeada, vaya usted a saber por qué, de clones en edad adulta de la fea y el Cruise. Y coge el prota, abre la cápsula de criogenización... y sale Morgan Freeman. Y le dice Hal "Oye, mira, que... que me has traído un negro. Que eso no era" y el otro mientras MONTA LA BOMBA EN SUS NARICES y le cuenta una milonga "Sabes lo que decían en Roma?" y el alien "Ehm... que no, que escucha, que es un negro. Y eso que tienes ahí con pinta de bomba, no será algo para liármela no?" y coge el tío y peta, se carga la nave nodriza, se desactivan todos los drones, y todo a tomar por culo.


Y se despierta la buenorra en la cabaña que tenía el Tom, ahí en medio de la nada, con luz vete a saber de dónde, pero sin una puñetera forma de conseguir alimento. Así en plan giro de guión, te he dejado aquí aislada para salvarte, pero si no te follo yo, que no te folle nadie.  Y pasan tres años y se ve que de la única vez que echaron un polvo, ha salido una niña. La tía lleva todo ese tiempo ahí sólo, se ha creado un huerto, y por supuesto la carpa debe ser la primera que murió porque en tres años a ver qué comes si a tu alrededor no hay nada. Pero a estas que se ve un niño pequeño, que mandaban de explorador el grupo de humanos rollo "Bueno va tira tú por si hay disparos y después ya aparecemos los demás", y entre el grupo de Jaime Lanister está... el otro clon de Tom Cruise. Y su mujer clónica? Ni zorra. Pero el dice "Mira que como somos clones, pues da igual que sea yo o no el padre, me da igual la otra tía, yo me quedo aquí contigo y tan felices. Y fin.

PUTA OBRA MAESTRA.


Descripción gráfica de la cara que se nos quedó viendo la peli