10 razones de por qué ser héroe APESTA
En este sencillo catálogo para
caballeros andantes, hormonados pagafantas con metralletas y únicos personajes
negros de cualquier película, le enseñaremos en fáciles y gráficos ejemplos por
qué usted NO DEBERÍA protagonizar escena heroica alguna, a no ser que con ella
salvase su propia vida.
* Abandonar al grupo y quedarse
rezagado, con una mísera pistola, contra un grupo de setecientos cuarenta y dos
zombies mientras grita "¡salvaos vosotroooooooaaaarghhh!" es tan heroico
como gilipollas. Si volcar el coche no ha cortado su camino, que usted, siendo
un mindundi con una pistola de seis balas, se quede en medio, no sirve más que
para que le devoren vivo mientras al resto de zombies se la suda su heroicidad y
pasen por encima suya pisándole los cataplines sin inmutarse.
* Salvar a su pelotón sólo es
necesario si a ciencia cierta supiese que, hiciese lo que hiciese, moriría usted
también en el asalto. Lanzarse al enemigo mientras el resto mira de lejos es,
una vez más, síntoma de severo retraso mental. Es un puto ejército, si tuviese
la más mínima posibilidad le habrían mandado a usted sólo, y se llamaría usted John
Rambo. Los protagonistas de las historias son aquellos de los que todo el mundo
habla. Y los protagonistas no mueren, por eso son protagonistas. Además cobran
más que usted. Nadie habla luego sobre "¿te acuerdas de cuando Johnson se tiró
sobre la granada?". No. Porque Johnson está muerto, y sus tripas salpican el
uniforme de camuflaje de todos los demás, mientras que McDonnell está dándole
la mano al presidente Reagan subido a un estrado. Con su foto de fondo, sí.
Pero sabe que en las fotos sale usted siempre horrendo.
* Nunca intente nada heroico que
conlleve su vida si hay al menos otra persona en el grupo que, al igual que
usted, podrían felizmente hacerlo. No se sienta cohibido por el color de su
piel, que sea negro no necesariamente significa que deba morir por el rubito
blanco de ojos azules que hace de protagonista. No se crea todo lo que sale en
Hollywood. Si el rubito quiere salvar a la chica, bueno, bienvenido sea a
lanzarse a las fauces de los terroríficos hombres piraña de Marte que ululan
como si fueran los Backstreet Boys en la cabalgata del orgullo gay. Muéstrele,
con sutiles frases como "vaya, esta sería una oportunidad cojonuda para
impresionar a Cindy", que cualquiera puede ser heroico, a poco que su
estupidez se lo permita. Porque si es usted quien se deja matar, su cuerpo será
el que sea destrozado a dentelladas, mientras que rubito ojos azules y Cindy,
la rubia tetuda cañón, se lo montan en el jacuzzi de la nave espacial al tiempo
que sostienen copas de champán y mascullan "brindamos por ti Clarence,
estés donde estés". Bueno, pues "donde estés" debería ser entre
las nalgas de Cindy, no siendo defecado por un hombre piraña de Marte. Puestos
a elegir culo del que salir, yo elegiría el de Cindy.
* "Ha muerto por su
país" es sinónimo de "Ha muerto porque yo no he querido mojarme los
huevos". Queda muy bonito que el Presidente le mente mientras todos
imaginan que ha estado usted en primera línea defendiendo los ideales de su
bandera. Pero la triste realidad es que muy seguramente ha sido usted capturado
por un par de vietcongs que, día sí y día también, se juegan al póker cual de
sus orificios utilizará esa misma noche, en el momento justo en que el general
al cargo vaya a su cabaña a dormir. Sus agujeros son suyos. No hay nada heroico
en ser mancillado por un amarillo. Su dolorido ojete no aporta realmente nada a
su país. Los que se han quedado en casa están tranquilamente escuchando música
ligera por la radio. Que sus morros degusten en ese momento un tronco
vietnamita no es relevante para la felicidad de mujeres y niños.
* Los dragones tienen fama de ser
muy jodidos. En serio, tremendamente jodidos. Tienen humor de perros, son
grandes, huelen mal y escupen fuego. Y además vuelan. Macho, por muy buena que
esté la princesa, no merece la pena enfrentarse a uno de esos por ella.
Seguramente, con su temple de caballero perfecto y su espada lustrosa, la
posada del reino albergará a más de una y de diez zagalas que quieran
montárselo con usted completamente gratis. Y qué duda cabe que se lo harán
pasar mucho mejor que la mojigata virgen de la hija del Rey orondo, Rey que además,
en cuanto ha aparecido usted cabalgando por encima del foso, le ha mirado mal,
hasta que la payasa de la princesa le ha convencido de lo bravo que usted es. Mano
izquierda, diez muchachas esbeltas y ninfómanas capaces de arrancarse entre ellas
las enaguas a dentelladas. Mano derecha, pavisosa virgen y mojigata. Usted
decide pero, si elige la mano derecha, que sepa que la va a tener que seguir
utilizando a menudo, en los baños del castillo, a lo largo de todo su
matrimonio.
* En caso de ataque
extraterrestre, si es estrictamente necesario meterse por un conducto de
ventilación, elija sin lugar a dudas el puesto intermedio. Es absurdo
encontrarse de frente con ese bicho quitinoso que, para más inri, tiene una
boca dentro de otra boca. Un animal que ha evolucionado durante siglos para
tener bocas dentro de bocas tenga por seguro que lo último que querrá hacer al
encontrarse con usted será discutir sobre Schopenhauer. Los alienígenas no
suelen desear conquistar un planeta para hablar sobre Schopenhauer. Es más, estoy
bastante seguro de que a los alienígenas se la suda Schopenhauer. Y que esa
boca dentro de otra boca le venga por la retaguardia no augura tampoco nada
bueno. ¿Ha oído hablar de los besos negros? Los alienígenas no. Y usualmente no
son especialmente conocidos por sus artes amatorias. Así que quédese en el
centro, y si reciben algún ataque, aún podrá pegarle cuatro patadas en el culo
al de delante para poder huir de allí como una rata.
* Si se encuentra en una
situación de psicópata asesino en serie sobrenatural, PERMANEZCA SIEMPRE EN
GRUPO. Alejarse del resto con una vela, para mascullar entre gimoteos "¿Anthony,
eres tú? ¡Deja de gastar bromas Anthony, no es el momento!" no ayuda a
nadie en absoluto. Si comprende que la muerte de todo el grupo es inminente y
no es usted el más guapo de la cuadrilla, no dude un momento en agarrar de la
muñeca a la más neumática y echar un polvo en la orilla del lago maldito. Morirá
igualmente, pero lo hará con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que el
tonto los huevos que quiera hacerse el héroe lo hará ensartado con un machete
contra un árbol mientras con una moto sierra le dividen en dos la bolsa
escrotal.
* Lanzarse desde cualquier sitio
a otro lado, a través de un abismo que resulta imposible de saltar, la mayoría
de las veces resultará imposible de saltar, como su sentido común dictaba. Si
ha de hacerlo por algún motivo de muerte repentina, como digamos un ataque por
arañas gigantes, haga el ademán como de saltar y deje que primero salte otro.
Cuando estén al otro lado, siempre podrá usted intentarlo y esperar que le
cojan del brazo antes de caer, porque esas situaciones suelen salir bien,
aunque en el último momento, cuando la araña ya casi tiene su pierna y parte de
su nalga izquierda entre las mandíbulas. NO SEA HEROICO, el que salta primero posee
altas probabilidades de morir, tiene que cargar con el peso del cuerpo de aquel
a quien echa la mano y encima soportar la pesadumbre y agonía mental de haber
dejado morir a su mejor amigo, en caso de no conseguirlo. Usted salta, si llega
bien, y si no le ayudan. Fin del problema. Cero complicaciones.
* Esperar hasta el último
segundo, cuando el detonador de la bomba marca el cero cero dos puntos cero
uno, para lanzarse por la ventana, es extremadamente idiota. Quince segundos
antes podría haber saltado de igual manera. No habría resultado tan vistoso,
cierto, ¿pero a quién cojones le importa eso cuando lo que está en peligro es su
propio culo? ¿Quiere vivir el resto de su vida con los Pepe Jeans fusionados a
sus muslos? ¿Ha probado alguna vez a beber gin tonic con los labios derretidos?
¿Tiene la mínima idea de lo que duele caer desde un cuarto piso entre una nube
de pólvora y cascotes? Pues eso.
* Y por último y más importante,
si es usted el último superviviente de una desgracia, NADIE PUEDE SABER SI HA
SIDO USTED O NO HEROICO. Lo que automáticamente le convierte en protagonista, y
puede contar lo que le venga en gana sobre lo duro que ha sido luchar a
puñetazos contra los tiburones genéticamente modificados mientras Samantha y
Robin morían en sus brazos. Es el único que puede contarlo. Y eso es lo que
importa.
Siga rigurosamente estas
sencillas directrices y será usted un auténtico cobarde vivo, y completamente
orgulloso de estarlo.
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